A esta altura de la vida, del mundo y de los conocimientos que nos atraviesan a diario, se nos hace casi imposible desconocer las consecuencias evidentes que tiene la actividad física en la calidad de nuestra autoestima; y encima el efecto es prácticamente inmediato.
Está comprobado que el ejercicio regular es un hábito que influye casi en forma automática sobre la capacidad de auto percibirnos de forma positiva y que si se sostiene en el tiempo contribuye a tener una autoestima más elevada y sólida. producto, no sólo del bañado hormonal que desencadena la aceleración del metabolismo, influyendo en la neurogénesis (capacidad para generar nuevas neuronas) principalmente en el hipocampo -zona del cerebro relacionada con la memoria y el aprendizaje- sino el tipo de actividad que implica hacer ejercicio, en donde superarse a sí mismo cada día, generar acciones que en lo inmediato implica soportar, pero que luego cosechas los resultados, lleva a entrenar la una competencia fundamental de las habilidades blandas necesarias para superar cualquier obstáculo en la vida : la tolerancia a la frustración.
Desde las épocas más antiguas ya se concebía la dupla “cuerpo-mente” absolutamente conectados el uno con el otro de forma bilateral, de modo que no sólo la mente y los comportamientos afectan el cuerpo, sino que a partir del desarrollo de alguna actividad, nuestros pensamientos toman un vuelo diferente, que está más en sintonía con esa esencia interior y con el placer de verse y sentirse bien, aunque más no se a ese conocido espejismo de sentirnos Hércules y la venus de milo a la salida del gym, que suele durar algunas hora producto del efecto balsámico de las endorfinas, pero que al continuar la actividad física como un hábito afecta positivamente en la aceptación el placer de conectarnos con nuestro cuerpo.
La actividad física , sea cual fuere, estimula el metabolismo, como consecuencia pone en funcionamiento complejos sistemas químicos hormonales y de neurotransmisores -como las endorfinas que son una especie de “anestesia natural” y provocan sensación de autoaceptación y bienestar generando incluso mayor confianza y seguridad. La testosterona, hormona masculina que nos conecta con la fuerza y el poder, la oxitocina, la hormona directamente relacionada con el amor, la dopamina vinculada con la euforia, entre otros, transformando nuestro sentimiento de sí, mejorando significativamente la calidad de la autoestima. Inclusive más allá de elegir una actividad que nos provoque placer, no sólo por el solo hecho de ejercitarnos, sino elegir también elegir , la música que nos conecta con determinadas emociones, hacerlo en grupo o en soledad, generan consolidar un hábito sumamente placentero y estimulante.
Por lo tanto a la hora que dudes y te agarre flojera al salir de tu casa, recuerda que son múltiples las razones y los beneficios para desarrollar la actividad que más beneficios a corto y largo plazo te dará en tu vida. Tanto en tu cuerpo, en tu espíritu como en tu capacidad intelectual.